Resistir y persistir, nunca rendirse
“Hay una gran diferencia entre trabajar con un propósito y trabajar por dinero.” – Estefanía González
Estefanía González es Ingeniera Ambiental egresada de la Universidad de La Salle y Andinista de la promoción 2010. Desde la universidad, se ha enfocado en el tratamiento de agua, lo cual hoy le permite ser Gerente de Operaciones Desalinizadoras de Agua en la fundación Give Power. Esta organización, sin ánimo de lucro, brinda acceso a recursos básicos a cuatro comunidades Wayúu en Colombia, dándoles oportunidades de desarrollo. A nivel global, la fundación tiene otros nueve proyectos en Haití, Kenia, Puerto Rico, República Democrática del Congo, Nepal y Nicaragua, su principal objetivo es generar un impacto positivo en la sociedad.
Estefanía confía en su profesión y sabe que desde la ingeniería ambiental se puede mejorar la calidad de vida de las personas. Por eso, desde el inicio de su vida profesional, ha buscado generar soluciones, ha trabajado en el sector minero y en el sector público en Boyacá, donde colaboró con Ecodes, Fundación de Ecología y Desarrollo, en la estructuración y diseño de planes de manejo, y también como guardabosques en la isla Gorgona, realizando investigaciones. Estefanía es una ciudadana del mundo; desde su interés por aportar al cambio ecológico ha hecho voluntariado en Alemania, enfocado en el desarrollo sostenible y el manejo de recursos ambientales; vivió en Estados Unidos para mejorar el idioma, pero decidió volver a sus raíces y dedicarse a conocer Colombia, afirmando que, para aportar al desarrollo ambiental y social del país, es necesario conocer a fondo el territorio.
Reconocida por su liderazgo nato, su gran sonrisa y su amistad leal, Estefanía ha cultivado grandes relaciones personales y profesionales. Hoy, sus compañeros del colegio forman parte de la familia que ella escogió, se apoyan y mantienen en contacto. Sin embargo, el Andino le dejó mucho más que amistades, le brindó bases sólidas en asignaturas como física, química y biología, lo cual le permitió lograr excelentes resultados en la universidad, le inculcó la exigencia y autoexigencia desde el amor, tanto en lo académico como en lo personal; los docentes del colegio la ayudaron a descubrir y perfeccionar sus habilidades, a ser disciplinada y mantener el enfoque en cada proyecto o meta que realiza.
Antes de ser ingeniera, hija, hermana o amiga, Estefanía es mujer, a lo largo de los años ha aprendido a confiar en sí misma y en su intuición. Desde el colegio, a través de diferentes talleres y actividades, entendió la importancia de las emociones, la escucha activa y la responsabilidad social, lo cual le ha permitido tener buenas relaciones. Ella afirma que la formación en el colegio es empática y humana y, que gracias a esa confianza y autoconocimiento, puede asegurar que su trabajo está en sincronía con su propósito de vida. En cada experiencia ha encontrado nuevas herramientas para la resolución de conflictos y para desarrollar sus habilidades profesionales y personales. Cree firmemente en que la vida está llena de retos, pero también en que es la misma vida la que te prepara para afrontar cada uno y destaca que en todos esos procesos es importante tener una red de apoyo fuerte, como la familia y los amigos, que te ayuden a crecer y seguir brillando.
El mensaje que Estefanía quiere dejarle a la comunidad andinista es: “Disfruten cada etapa de la vida, no hay afán, no es una competencia. Confíen en ustedes mismos, sigan sus sueños y sean persistentes. Las cosas pasan de forma mágica, pero hay que estudiar y trabajar para que todo lo que quieran se dé; sepan siempre para dónde van y recuerden de dónde vienen.”